Bajo el lema “Aprender haciendo, vendiendo y ganando” y con un modelo educativo único en el mundo, jóvenes provenientes de entornos rurales se transforman en emprendedores rurales.
La educación no estuvo exenta del impacto ocasionado por la pandemia sin embargo, desde las Escuelas Agrícolas Autosostenibles, la resiliencia y transformación fueron ejes centrales para que los alumnos y alumnas de las Escuelas Agrícolas de Cerrito y Belén, así como las estudiantes del Centro Educativo Mbaracayú, implementaran las clases a distancia y logren terminar el año lectivo de manera exitosa.
El 2020 fue especial y alteró el programa educativo, este se basa en las clases teóricas y prácticas que los alumnos desarrollaron en formato virtual, desde sus casas, donde también desarrollaron sus huertas y trabajos de campo, con el acompañamiento constante de los docentes encargados.
El modelo educativo de nuestras escuelas agrícolas es una excelente oportunidad para combatir la pobreza y a lo largo de los años demostró ser útil y aplicable en cualquier región del mundo, siendo reconocido con premios y distinciones a nivel mundial.
«La pandemia nos desafió a usar la tecnología para llegar a los alumnos con clases virtuales. La creatividad, tanto de los docentes como de los alumnos, ha sido la virtud que nos permitió cerrar bien el año escolar».
Luis Cateura, Director de las Escuelas Autosostenibles.
La Escuela Agrícola Cerrito, ubicada en la ciudad de Benjamín Aceval, en el departamento de Presidente Hayes, como toda institución educativa tuvo que modificar su plan de estudio durante el 2020.
A pesar de la pandemia, la Escuela mantuvo en funcionamiento sus unidades didáctico / productivas: el Hotel Cerrito, producción animal, producción vegetal y la planta láctea.
Las clases fueron desarrolladas a distancia con una modalidad virtual, donde los alumnos demostraron entusiasmo y participación. Además, lograron desarrollar el currículum de ambos bachilleratos (Agropecuario y Hotelería), sin ninguna deserción escolar.
El trabajo de la psicóloga, Silvia Meza, fue fundamental, a través de ella, brindamos apoyo emocional y cuidado de la salud mental, desde el espacio denominado Tu espacio estudiantil, donde también se desarrollaron talleres vocacionales a estudiantes, bajo el nombre de Impulsate Cerrito.
Turismo rural con enfoque social
El Hotel Cerrito es una de las principales unidades productivas de la Escuela, que se vio afectada por la pandemia. Sin embargo, desde agosto volvió a abrir sus puertas con las debidas medidas sanitarias y cumpliendo todos los protocolos establecidos.
Ubicada en el distrito de Belén, en el departamento de Concepción, la Escuela Agrícola de Belén imparte un plan curricular que permite a los alumnos obtener el título de Promotor Agropecuario, con variados énfasis como: producción de leche, apicultura, agricultura, suinotecnia, fruticultura, horticultura, producción de pollos parrilleros, aves ponedoras, además de hotelería, mediante las prácticas en el Hotel Belén, que es una de las unidades didácticas productivas que generan recursos para la autosuficiencia de la institución.
A pesar de la situación vivida en el 2020, a consecuencia de la pandemia, la Escuela ofreció una educación agropecuaria a jóvenes en situación de vulnerabilidad, a distancia, desarrollando las clases de manera virtual, mediante plataformas como el Classroom y Tvet Academy. Para llevar adelante las prácticas en sus hogares entregamos kits de huertas y pollitos parrilleros a los estudiantes y a sus familias, de esta manera fortalecimos nuestro lema “Aprender haciendo, vendiendo y ganando”.
Hotel Belén
Es una de las unidades de negocio de la Escuela, en donde se fomenta la capacitación en Hotelería y Turismo para los alumnos, así también genera el 21% de los recursos para el cumplimiento de la autosuficiencia de la institución. Durante la pandemia el hotel estuvo sin operar durante seis meses, sin embargo, desde agosto abrimos nuevamente las puertas.
El Centro Educativo Mbaracayú busca transformar a jóvenes mujeres rurales, en emprendedoras del desarrollo sostenible, y protagonistas activas de la mejora de la calidad de vida de sus comunidades. Las alumnas, entre ellas jóvenes indígenas y campesinas, conviven en un régimen de internado, en el que desarrollan un Bachillerato Técnico Ambiental, en el marco de una estrategia de autosostenibilidad, utilizando la metodología del “Aprender haciendo, vendiendo y ganando”.
El año pandémico obligó al Centro a adoptar la modalidad virtual, capacitando además a los docentes en el uso de las herramientas para las clases digitales, que se desarrollaron en Classroom. Por su parte, las alumnas pudieron grabar videos educativos, además de familiarizarse con el manejo del Zoom y el Google meet.